La estatua ecuestre de Felipe IV es uno de los monumentos más destacados de Madrid. Situada en la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real, se ha convertido en un símbolo de la ciudad por la majestuosidad de su composición.
Esta obra fue realizada en el siglo XVII con la colaboración de ilustres artistas como Velázquez y Galileo Galilei, quien asesoró sobre el equilibrio de la escultura para que pudiera sostenerse únicamente sobre las patas traseras del caballo. Gracias a este innovador diseño, el monumento es considerado una de las esculturas ecuestres más avanzadas de su tiempo.
El monumento a Felipe IV no solo tiene un gran valor artístico, sino que además forma parte de las atracciones imperdibles de Madrid, ya que combina historia, arte y un entorno monumental único en el corazón de la capital. A escasos metros también se encuentra la estatua de Lope de Vega, lo que convierte a esta zona en un auténtico recorrido cultural.
Hoy en día, la estatua es un lugar de encuentro y un punto ideal para disfrutar de las vistas de la Plaza de Oriente, rodeada por los Jardines de Sabatini, el Palacio Real y el Teatro Real.
Archivo Estatuas de Madrid