1.03.24
Nos trasladamos a Sudamérica y nos situamos en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Ubicada sobre el oeste de la Bahía de Guanabara, es la segunda ciudad más poblada del país. Destacada a nivel mundial por sus playas, su actividad cultural y su diversidad paisajística. También reconocida en todo el planeta por su mítico carnaval, representa uno de los puntos turísticos por excelencia en Sudamérica.
El Cristo Redentor, situado desde 1931 en la cumbre del Cerro del Corcovado, a 709 metros sobre el nivel del mar; el Pan de Azúcar y su pintoresco teleférico; el Sambódromo, escenario utilizado en los desfiles de las comparsas; el emblemático estadio Maracaná; y las playas de Ipanema y Copacabana son algunos de los principales atractivos de esta rítmica y colorida localidad.
Su agradable clima tropical la convierte en un lugar ideal para quienes viajan con el objetivo de disfrutar del mar, la arena y el sol. Casualmente, los mejores hoteles en Río de Janeiro se encuentran en esa zona. De todas maneras, entre los encantos naturales también se incluyen lagunas, ríos y montañas, además de aventuras en los *morros, paseos en barco y visitas a los numerosos parques con los que cuenta la ciudad.
Mientras tanto, la oferta histórica y cultural se compone de la Catedral Metropolitana, la Iglesia de Nuestra Señora de Candelaria (su proyecto de realización data de 1775), el Monasterio de Sao Bento (fundado en 1590), Los Arcos de Lapa (considerados como la estructura constructiva colonial más importante de Brasil), el Palacio de Itamaraty (allí funcionó la casa de gobierno entre 1889 y 1898), distintos museos y el Palacio Imperial, sede gubernamental cuando Río de Janeiro era la capital.
Completo como pocos sitios en el mundo, Río de Janeiro regala una formidable variedad de propuestas a sus visitantes y los cautiva a través de la mágica calidez de su gente. Así, miles de viajeros la eligen año a año para pasar sus vacaciones.
*Morros es una especie de monte y en Río de Janeiro se les llama de esta manera.
La Estatua de Cristo Redentor en Brasil es un monumento a Jesús de Nazaret que cuenta con 30,1 metros de altura. Este espectacular monumento tiene los brazos abiertos como si mostrara la gran ciudad de Río de Janeiro.
Tiene un peso de 1.200 toneladas y no solo es una escultura Art Decó más conocida del mundo, sino que desde el 2007 pasó a formar parte de una de las siete maravillas del mundo moderno.
Esta majestuosa obra fue un proyecto del ingeniero Héctor Da Silva Costa y el diseño estuvo en manos del artista plástico Carlos Oswal. La escultura fue hecha parcialmente en Francia por el arquitecto franco-polaco Paul Landowski y fue a través de una colecta como se logró reunir los fondos para su construcción. Su inauguración tuvo lugar el 12 de octubre de 1931 y desde entonces ha formado parte del símbolo inconfundible de Río de Janeiro y de todo Brasil.
La forma más sencilla, subirse a los autobuses que van a Cosme Velho y llegar a la estación de Ferro do Corcovado. El tren Do Corcovado atraviesa una vegetación selvática durante un ascenso de aproximadamente 20 minutos y llega al pie de la Estatua. De igual manera, existe un servicio privado llamado Paineiras Corcovado. Este servicio facilita la adquisición de sus billetes, poniendo a disposición varios puntos de venta y su trayectoria es directa y sin escalas.
La vista desde el Cristo Redentor es un espectáculo indescriptible donde se conjuga el esplendor de la naturaleza, en contraste con el concreto que forma la ciudad. Desde allí podemos ver la Bahía de Guanabara, las famosas favelas, edificios de Río de Janeiro, playas y selvas. Del lado izquierdo, podemos ver el largo puente de Niteroi que atraviesa la Bahía; a la derecha tenemos la vista de Copacabana y de Ipanema.
Curiosidades que pueden servir de información sobre el Cristo Redentor: el nombre original del Morro del Corcovado, fue Pico de la Tentación. Llevo más de cincuenta años en convertir esta grandiosa idea en una realidad.
El tren utilizado en la actualidad para llegar al monumento existía mucho tiempo antes de su construcción, era la manera de visitar el Mirador del Morro. La Estatua fue diseñada originalmente sosteniendo en una mano una cruz y en la otra un globo terráqueo, pero en el último momento fue desechada.
Un gran logro para las técnicas de construcción utilizadas para esa época, fue que no hubo ninguna víctima fatal durante su desarrollo. La Estatua del Cristo Redentor llegó de Francia a Brasil como un rompecabezas en cientos de partes, solo la cabeza contaba con cincuenta enormes piezas.
Archivo Brasil
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